Argumento de Platón para Gobernar por Reyes Filósofos

¿Cuál es el Argumento de Platón para la Conclusión de Que los Filósofos Deben Gobernar? Es Persuasivo?

Resumen

El propósito de este ensayo es examinar si el argumento de Platón de que los filósofos deben ser los gobernantes de la República es válido y persuasivo. En La República, Platón argumenta que los reyes deben convertirse en filósofos o que los filósofos deben convertirse en reyes, o reyes filósofos, ya que poseen un nivel especial de conocimiento, que se requiere para gobernar la República con éxito. El ensayo argumentará que el argumento de Platón para el gobierno de los reyes filósofos no es persuasivo ni realista en teoría, pero que las huellas de las características de su forma ideal de gobierno aparecen en el estado moderno. Para exponer este argumento, el ensayo considerará en primer lugar el argumento de Platón para los reyes filósofos, así como sus limitaciones, y en segundo lugar y finalmente considerará qué características del gobierno de los reyes filósofos son válidas y realistas en términos del estado moderno.

Introducción

En la obra de Platón, La República, hay un cuestionamiento sistemático del ser, ya que la República misma es un intento de responder a un problema en el comportamiento humano: la justicia. Para abordar el problema de la justicia, Platón considera la polis ideal, una unidad colectiva de autogobierno, y la relación entre la estructura de la República y el logro de la justicia. Platón sostiene que los reyes filósofos deberían ser los gobernantes, ya que todos los filósofos aspiran a descubrir la polis ideal. La ‘kallipolis’, o la hermosa ciudad, es una ciudad justa donde el gobierno político depende del conocimiento, que poseen los reyes filósofos, y no del poder. Aunque teóricamente sería ideal que la República y el Estado moderno estuvieran gobernados por el conocimiento y no por el poder, el poder es crucial en la composición de la actividad política. Este es uno de los defectos del argumento de Platón, que el ensayo discutirá. Surge la cuestión de quién debe gobernar, a la que el ensayo concluirá diciendo que, en términos del argumento de Platón, los reyes filósofos no deben ser los gobernantes, ya que Platón está anunciando un sistema político antidemocrático dirigido por un dictador benevolente. Al mismo tiempo, es inevitable seleccionar algunas características del estado moderno congruentes con las de la polis ideal.

Argumento de Platón

La definición de democracia es clave para entender el argumento de Platón para el gobierno de los filósofos. Hoy en día, la mayoría de los estados modernos son democráticos, en el sentido de que la gente tiene voz y voto en la gestión del estado. Desde la época de Platón ha habido un debate sobre lo que es la democracia: si es la idea del gobierno de la mayoría, o lo que se ha venido a conocer como la «visión madisónica» de que la democracia implica la protección de las minorías. Para Platón, todo se reduce a lo que significa la democracia, literalmente. La democracia es ‘el dominio de los demos’, donde ‘demos’ puede entenderse como ‘el pueblo’, y como «‘la turba’the los no aptos» (Wolff; 2006, 67). Como argumenta Wolff, » Tomar decisiones políticas requiere juicio y habilidad. Debería, insta Platón, dejarse en manos de los expertos.»(Wolff; 2006, 67). Para enfatizar aún más esto, Platón utiliza la «analogía artesanal», basándose en la alegoría del barco. En La República de Platón, Sócrates presenta un ejemplo de un barco dirigido por hombres ignorantes de la navegación, que

«no entiendo que un verdadero capitán debe prestar atención a las estaciones del año, el cielo, las estrellas, los vientos y todo lo que pertenece a su nave, si realmente quiere ser el gobernante de un barco. Y no creen que haya ninguna nave que le permita determinar cómo debe dirigir la nave, si los demás lo desean o no, ni ninguna posibilidad de dominar esta supuesta nave o de practicarla al mismo tiempo que la nave de navegación. ¿No crees que el verdadero capitán será llamado un verdadero observador de estrellas, un balbuceante y un inútil por aquellos que navegan en barcos gobernados de esa manera?»(Platón; 2007, 204)

Con esta alegoría, Platón no solo está enfatizando la idea de que la especialización es clave para el funcionamiento de la República, sino también que los filósofos no fueron apreciados en Atenas en el año 420 a.C., y por lo tanto inútiles porque el mundo no los usaría ni a ellos ni a su conocimiento. También hace hincapié en los peligros de la libertad y la igualdad, así como en la falta de naturalidad de la democracia.

La idea de especialización de Platón también está vinculada a la justicia, que considera estructural, ya que la justicia política es el resultado de una ciudad estructurada, donde la justicia individual es el resultado de un alma estructurada, y donde cada miembro de la polis tiene un «oficio específico para el que tiene una aptitud natural» (Reeve; 2009, 69). «Gobernar is es una habilidad» (Wolff; 2006, 68), que requiere un entrenamiento especial disponible para pocos. Al mismo tiempo, los filósofos deben poseer cualidades que les permitan gobernar; por ejemplo, deben ser capaces de reconocer la diferencia entre amigo y enemigo, bueno y malo. Sobre todo, los filósofos deben «amar la sabiduría» (Nichols; 1984, 254), ya que la regla de los sabios conduce al reinado de la justicia, a medida que la filosofía se vuelve soberana. La justicia es una virtud, al igual que el conocimiento, que requiere comprensión. La comprensión se refiere a la bondad, y por lo tanto, el conocimiento y la bondad son uno. Los reyes filósofos tienen virtud como tienen conocimiento, y así, según Platón, su gobierno está justificado.

Criticar el argumento de Platón

El argumento de Platón está muy en línea con lo que él define como democracia, la regla de los no aptos. Su argumento puede ser válido, en el sentido de que explica que estos filósofos tienen «la capacidad de captar lo eterno e inmutable» (Platón; 2007, 204), mientras que los hombres comunes son ciegos, ya que no tienen «ningún conocimiento verdadero de la realidad y ningún estándar claro de perfección en su mente al que puedan dirigirse» (Platón; 2007, 204-205). Sin embargo, este argumento no es persuasivo ni realista en la política contemporánea y en el estado moderno, por varias razones.

En primer lugar, y quizás lo más importante, todos los estados modernos enfatizan que hoy en día la democracia se define como «gobierno» del pueblo, por el pueblo y para el pueblo » (Wolff; 2006, 62). Por lo tanto, todos los Estados no sólo se han convertido en partidarios del modelo representativo de democracia, en el que los votantes determinan quién los representará a nivel gubernamental, sino que también han adoptado una actitud pluralista hacia la política. De hecho, el Estado ya no es, en teoría, un instrumento en manos de una élite, o en manos de los filósofos de Platón, sino un escenario público y neutral donde los grupos de interés se reúnen para discutir y discutir políticas, que son «principalmente económicas» (Dryzek y Dunleavy; 2009, 41). Idealmente, estos grupos de interés deberían tener los conocimientos necesarios para lograr un cambio político, pero es muy difícil determinar y cuantificar los conocimientos necesarios para lograr dicho cambio. Como argumenta Wolff, » nadie puede estar absolutamente seguro de nada en absoluto. Todas las afirmaciones de conocimiento are son falibles » (Wolff; 2006, 70). Además, ser filósofo, y conocer la lógica, la ética, la metafísica y la filosofía política, no necesariamente te convierte en un experto en los intereses de la gente. Es el pueblo el que, en teoría, los gobernantes pretenden representar y apoyar. Platón obviamente no se ocupa de una forma representativa de gobierno, pero hoy en día es necesario, aunque difícil, asegurarse de que todos los gobernados estén representados, al menos hasta cierto punto, por sus gobernantes.

Platón también argumenta que una educación específica, disponible para pocos, permitirá que estos pocos se conviertan en filósofos, pero de nuevo esto crearía una clase dominante que no es representativa de los gobernados. Al mismo tiempo, es difícil encontrar un gobierno que sea 100% representativo de su población. Por ejemplo, los miembros de la Cámara de los Comunes, muchos de los cuales han asistido a escuelas de élite como Eton y Oxford: no son representativos de la población, pero son los que dirigen el Reino Unido. Sin embargo, el argumento de Platón ha trascendido el tiempo, ya que la Cámara de los Lores, así como el Senado, en sistemas bicamerales, es un campo de expertos que verifican y modifican las leyes hechas por los miembros del Parlamento. Podría decirse que los verdaderos expertos son aquellos que son conscientes de los intereses de la gente, y la votación indicará estos intereses, ya que, como argumentó Mill, «la falacia aquí es pensar en la gente como una masa homogénea con un solo interés we no somos así» (Wolff; 2006, 64).

Finalmente, el principal defecto en el argumento de Platón, que lo hace altamente poco convincente, es el hecho de que está describiendo y argumentando a favor de lo que Voltaire definió como una «dictadura benevolente», donde un déspota ilustrado, sin la necesidad de consultar a la gente, gobernaría sin embargo en sus intereses » (Wolff; 2006, 62). En términos del estado moderno, donde la gente está pidiendo continuamente una mayor participación en la gestión del gobierno, y con una visión negativa hacia el totalitarismo debido a los acontecimientos del siglo 20, el argumento de Platón se vuelve cada vez más inaplicable. Como argumentó Karl Popper, es un error poner el poder político en manos de una élite. Sin embargo, también es poco realista afirmar que una élite no existe hoy en día, ya que, por ejemplo, siempre hay varios partidos políticos principales que se turnan para dirigir los gobiernos.

Conclusión

Platón argumenta que «no habrá fin a los problemas de los estados humanity la humanidad misma, hasta que los filósofos se conviertan en reyes en el mundo.y el poder político y la filosofía lleguen así a las mismas manos» (Platón; 2007, 192). Tal vez, el argumento de Platón para un grupo de personas conocedoras que tienen la capacidad de lograr felicidad y justicia en la República es ideal, pero extremadamente poco realista. Como argumentó Aristóteles, el hombre es un animal político y es inevitable para todos, no solo para una élite de ancianos, interesarse y tener voz en la política, ya que es una fuerza que inevitablemente nos afecta a todos. El argumento de Platón nos pide no solo que no nos interesemos en el proceso político, sino también que dejemos nuestros derechos y opiniones en manos de un dictador benevolente. Por esta razón, su argumento no solo es poco convincente, sino que también es poco realista.

Bibliografía

Dryzek, John, Dunleavy, Patrick, Teorías del Estado Democrático, Primera Edición (Basingstoke; Palgrave Macmillan, 2009)

Nichols, Mary P., «The Republic’s Two Alternatives: philosopher kings and Socrates», Teoría Política, vol. 12, no. 2, Mayo de 1984, Páginas 252-274

Plato (Autor), Lee, Desmond (Traductor), Lane, Melissa (Introducción), The Republic, Segunda Edición con nueva Introducción (Londres; Penguin Classics, 2007)

Reeve, C. D.C, Platón, en Boucher, David, and Kelly, Paul, Political Thinkers: From Socrates to the Present, Segunda Edición( Oxford; Oxford University Press, 2009)

Reeve, C. D. C, Philosopher-Kings: The Argument of Platon’s «Republic», Primera Edición (Cambridge, MA; Hackett Publishing Co. Inc., 2006)

Wolff, Jonathan, Una Introducción a la Filosofía Política, Segunda Edición (Oxford; Oxford University Press, EE.UU., 2006)

Filosofía, del griego clásico «philosophia», significa literalmente «amor a la sabiduría».

Escrito por: Giulia Matassa
Escrito en: University of York
Escrito para: Dr. Tim Stanton
Fecha escrito: Diciembre 2012

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