¿Cuál fue el propósito de Dios al establecer la iglesia?

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La iglesia es el cuerpo de Cristo—un grupo de personas unificadas (Efesios 4:1-3) bajo Cristo, que lo representan y reflejan al mundo (1 Corintios 12:12-17). El propósito de la iglesia es unirse a personas de diferentes orígenes y talentos y proporcionarles capacitación y oportunidades para la obra de Dios. Logra esto tanto internamente, dentro del cuerpo, como externamente, en el mundo.
Actos 2:42 explica la función interna de la iglesia: «Y se dedicaron a la enseñanza de los apóstoles y a la comunión, al partimiento del pan y a las oraciones.»Jesús confió a la iglesia la tarea de enseñar la sana doctrina del cuerpo. Hay muchas influencias en el mundo que dicen tener la verdad, pero Dios confió Su palabra a la iglesia (Efesios 4:14). Sin embargo, el conocimiento de la doctrina es inútil si no se usa (1 Corintios 13: 2): «Así Cristo mismo dio a los apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros, para preparar a su pueblo para las obras de servicio, a fin de que el cuerpo de Cristo sea edificado hasta que todos alcancemos la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, y seamos maduros, alcanzando toda la medida de la plenitud de Cristo» (Efesios 4:11-13 NVI). La enseñanza sólida conduce a la madurez espiritual que conduce a la edificación del cuerpo de Cristo.
El propósito de la iglesia es también proporcionar un lugar para «partir el pan.»A menudo, esto significa simplemente comer juntos y vivir la vida juntos (Hechos 2:42). Formalmente, partimos el pan en la Cena del Señor (1 Corintios 11:23-26). La práctica de la Cena del Señor nos unifica, ya que nos recuerda que todos somos salvos por el sacrificio de Cristo. En la práctica, también proporciona una oportunidad para reconciliar diferencias y corregir errores al examinar nuestras interacciones con otros creyentes (1 Corintios 11:27-28).
El resultado natural de una enseñanza sólida y de un cuerpo unificado es que los miembros de la iglesia se cuidarán unos a otros. La manera más poderosa de cuidar a los demás es orar por ellos (Hechos 2:42). Así como la iglesia primitiva oraba unos por otros (Hechos 12:5; Filipenses 1:3-4), así debemos llevar las necesidades de los demás ante Dios (Filipenses 4:6-7). Dentro de la iglesia también estamos llamados a mostrar honor (Romanos 12:10), compasión (Efesios 4:32), aliento (1 Tesalonicenses 5:11) y amor (1 Juan 3:11). Y debemos satisfacer las necesidades prácticas de los demás. Santiago 1: 27 dice, «La religión pura y sin mácula delante de Dios, el Padre, es esta: visitar a los huérfanos y a las viudas en su aflicción, y guardarse sin mancha del mundo.»Uno de los propósitos principales de la iglesia es proveer para las necesidades de sus miembros (Hechos 20:34-35; Romanos 15:26).
Externamente, el propósito de la iglesia es cumplir la Gran Comisión como Jesús ordenó en Mateo 28:18-20. No hay propósito más noble para la iglesia que presentar a otros a Cristo. Hacemos esto en parte asegurándonos de representarlo fielmente y convertirnos en lo que Él nos ha llamado a ser. Filipenses 2: 15 nos exhorta a ser «irreprensibles e inocentes, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación torcida y retorcida.»Ya sea que demos testimonio a la gente en nuestros vecindarios o enviemos a otros a tierras extranjeras, la iglesia está llamada a manifestar el Espíritu Santo en nosotros encarnando el carácter de Jesús y contando a otros sobre Él.
El propósito de la iglesia es ser la familia espiritual del creyente. Es a través de la iglesia que Dios toma a personas con diferentes personalidades y dones, los unifica como un solo cuerpo, y los equipa para que se cuiden unos a otros y lleguen al mundo. No estamos destinados a vivir la vida cristiana solos; rodeados por la enseñanza bíblica y la comunidad amorosa de la iglesia, juntos encontramos nuestro propio propósito en la vida.