Escafismo

La primera mención de escafismo es la descripción de Plutarco de la ejecución de Mitrídatos:

decretaron que los Mitrídates debían ser ejecutados en barcos; cuya ejecución es de la siguiente manera: Tomando dos barcos enmarcados exactamente para encajar y responder entre sí, se acostaron en uno de ellos al malhechor que sufre, sobre su espalda; luego, cubriéndolo con el otro, y juntándolos de tal manera que la cabeza, las manos y los pies de él queden afuera, y el resto de su cuerpo yace encerrado dentro, le ofrecen comida, y si se niega a comerla, lo obligan a hacerlo pinchándole los ojos; luego, después de haber comido, lo empapan con una mezcla de leche y miel, vertiéndola no solo en su boca, sino en toda su cara. A continuación, mantienen su rostro continuamente vuelto hacia el sol, y queda completamente cubierto y oculto por la multitud de moscas que se posan en él. Y como dentro de las barcas hace lo que los que comen y beben deben hacer, las cosas que se arrastran y las alimañas brotan de la corrupción y podredumbre de los excrementos, y estos entran en las entrañas de él, su cuerpo se consume. Cuando el hombre está manifiestamente muerto, el barco más alto está siendo quitado, encuentran su carne devorada, y enjambres de criaturas tan ruidosas que se aprovechan de él y, por decirlo así, crecen hasta sus entrañas. De esta manera Mitrídates, después de sufrir durante diecisiete días, al fin expiró.

— Plutarco, Vida de Artajerjes

El cronista bizantino del siglo XII, Joannes Zonaras, describió más tarde el castigo, basado en Plutarco:

Los persas superan a todos los demás bárbaros en la horrible crueldad de sus castigos, empleando torturas que son peculiarmente terribles y largas, a saber, los «barcos» y los hombres de costura en cueros crudos. Pero lo que se entiende por «barcos», debo explicar ahora para el beneficio de los lectores menos informados. Dos botes están unidos uno encima del otro, con agujeros cortados de tal manera que la cabeza, las manos y los pies de la víctima solo quedan afuera. Dentro de estos barcos, el hombre a ser castigado se coloca acostado boca arriba, y los barcos se clavan juntos con pernos. Luego vierten una mezcla de leche y miel en la boca del miserable, hasta que se llena hasta el punto de náuseas, untando su cara, pies y brazos con la misma mezcla, y así lo dejan expuesto al sol. Esto se repite todos los días, el efecto es que moscas, avispas y abejas, atraídas por la dulzura, se posan en su rostro y en todas las partes de él que se proyectan fuera de los barcos, y atormentan y pican miserablemente al miserable hombre. Además, su vientre, distendido por la leche y la miel, arroja excrementos líquidos, y estos en putrefactos crían enjambres de gusanos intestinales y de todo tipo. Así, la víctima que yace en los botes, su carne pudriéndose en su propia inmundicia y devorada por gusanos, muere una muerte prolongada y horrible.