Esta pila gigante de calaveras cuenta una trágica historia de la historia estadounidense

El bisonte es una criatura majestuosa, aunque olorosa, que ha llamado hogar a América del Norte desde tiempos prehistóricos.

Pero casi lo perdemos en el polvo de la historia.

En abril de 2016, la Cámara de Representantes y el Senado de los Estados Unidos aprobaron un proyecto de ley que honraría al mamífero terrestre más grande del país, el bisonte estadounidense, como nuestro mamífero nacional. La legislación bipartidista ahora espera la consideración del presidente Obama, quien tiene el poder de firmar el proyecto de ley o vetarlo.

Recientemente publicamos una defensa sobre por qué esta bestia formidable merece el reconocimiento.

Sin embargo, no pudimos deshacernos de esta imagen del bisonte que encontramos:

La foto de arriba, tomada en 1870, muestra una pila de cráneos de bisonte que esperan ser molidos y convertidos en fertilizante.
Wikimedia Commons

Hace siglos, los colonos estadounidenses masacraron a la especie.

El bisonte solía vagar por las llanuras en números de hasta 60 millones, ayudando a mantener a los pueblos indígenas proporcionándoles alimentos, ropa, refugio y combustible. Muchas tribus nativas americanas todavía consideran al bisonte un símbolo sagrado y espiritual de su historia.

Lamentablemente, la expansión hacia el oeste durante el siglo XIX casi arrasó con los bisontes de las Grandes Llanuras. Los colonos masacraron a unos 50 millones de personas por comida y deporte. Luego casi desaparecieron por completo, según el Servicio de Parques Nacionales de los Estados Unidos(nuestro énfasis añadido):

En 1800, se estimó que había cuarenta millones de bisontes, para 1883, había pocos bisontes salvajes en los Estados Unidos, la mayoría en el Parque Nacional de Yellowstone. Para 1900, quedaban menos de mil en América del Norte.

Esta matanza también diezmó el recurso más importante de los nativos americanos. Su casi extinción casi acabó con la lucha por la independencia nativa.

Esta historia oscura tiene al menos un punto brillante, sin embargo. Gracias a un esfuerzo concertado de ganaderos, conservacionistas, tribus y políticos, el bisonte ha regresado del borde de la extinción, y hoy en día estas increíbles bestias prosperan.