Fines y técnicas de gestión forestal
Silvicultura
La silvicultura es la rama de la silvicultura que se ocupa de la teoría y la práctica de controlar el establecimiento, la composición y el crecimiento de los bosques. Al igual que la silvicultura en sí, la silvicultura es una ciencia aplicada que se basa en última instancia en las ciencias naturales y sociales más fundamentales. La base inmediata de la silvicultura en las ciencias naturales es el campo de la silvicultura, que se ocupa de las leyes subyacentes al crecimiento y desarrollo de árboles individuales y del bosque como unidad biológica. El crecimiento, a su vez, depende de los suelos y el clima locales, la competencia de otra vegetación y las interrelaciones con animales, insectos y otros organismos, tanto beneficiosos como destructivos. La práctica eficiente de la silvicultura exige conocimientos de campos como la ecología, la fisiología vegetal, la entomología y la ciencia del suelo, y se ocupa de los aspectos económicos y biológicos de la silvicultura. El objetivo implícito de la silvicultura es hacer que el bosque sea económicamente útil para los seres humanos.
La práctica de la silvicultura se divide en tres áreas: métodos de regeneración, esquejes intermedios y protección. En cada bosque llega el momento en que es deseable cosechar una parte de la madera y reemplazar los árboles retirados por otros de una nueva generación. El acto de reemplazar árboles viejos, ya sea natural o artificialmente, se llama regeneración o reproducción, y estos dos términos también se refieren al nuevo crecimiento que se desarrolla. El período de regeneración comienza cuando se inician las medidas preparatorias y no termina hasta que los árboles jóvenes se han establecido en un número aceptable y se ajustan completamente al nuevo entorno. La rotación es el período durante el cual se permite el crecimiento de un solo cultivo o generación.
Los esquejes intermedios son varios tipos de esquejes realizados durante el desarrollo del bosque, p. ej., desde la etapa de reproducción hasta la madurez. Estos esquejes o raleos se hacen para mejorar la plantación de árboles existente, para regular el crecimiento y para proporcionar beneficios financieros tempranos, sin ningún esfuerzo dirigido a la regeneración. Los esquejes intermedios están dirigidos principalmente a controlar el crecimiento a través de ajustes en la densidad de rodales, la regulación de la composición de especies y la selección de individuos que conformarán los árboles de cosecha. La protección del rodal contra incendios, insectos, hongos, animales y perturbaciones atmosféricas es una parte tan importante de la silvicultura como lo es la cosecha, la regeneración y el cuidado de los cultivos forestales.
Los sistemas silvícolas se dividen en los que emplean regeneración natural, mediante la cual los cultivos arbóreos se renuevan mediante siembra natural u ocasionalmente rebrotan, y los que implican regeneración artificial, mediante la cual los árboles se crían a partir de semillas o esquejes. La regeneración natural es más fácil, pero puede ser lenta e irregular; solo puede renovar los bosques existentes con los mismos tipos de árboles que crecían antes. La regeneración artificial necesita más esfuerzo, pero puede resultar más rápida, más uniforme y, a la larga, más económica. Permite la introducción de nuevos tipos de árboles o mejores cepas de los preexistentes, y los árboles se pueden espaciar para permitir la maquinaria pesada.