Handedness
I Preferencia de mano: Definición, Medición y Neurofisiología
Handedness se puede conceptualizar como variable a lo largo de dos dimensiones: grado (fuerte/consistente vs mixto/inconsistente) y dirección (izquierda vs derecha), con estas dos dimensiones representadas por diferentes áreas corticales (Dassonville et al., 1997). Aunque la distinción entre la zurda y la diestra se ha observado durante mucho tiempo, hay cada vez más evidencia de que el grado de manos es al menos tan importante, ya que la investigación conductual ha demostrado que la mano izquierda consistente (CLH) y la mano derecha consistente (CRH) son más similares entre sí de lo que es con la mano inconsistente (ICH) (por ejemplo, Barnett y Corballis, 2002; Christman, 1993, Christman et al., 2007; Kempe et al., 2009; Niebauer et al., 2002; Propper et al., 2005). El apoyo convergente proviene de estudios fisiológicos, ya que es más probable que la HIC demuestre el lenguaje biemisférico en relación con la HCR y la HCL (Khedr et al., 2002), y es más probable que demuestren un volumen simétrico del tracto de la materia blanca, mientras que tanto el CRH como el CLH demuestran una asimetría del hemisferio izquierdo en la estructura de la materia blanca (Propper et al., 2010). Por lo tanto, las comparaciones entre «zurdos» y «diestros» deben controlar el grado de preferencia de la mano, así como la dirección, ya que los estudios que no distinguen entre el grado y la dirección de la mano pierden poder estadístico al combinar diestros consistentes e inconsistentes (Schacter, 1994).
Antes de discutir las implicaciones de estas dimensiones de la mano para la neuroanatomía y para las diferencias individuales en el sueño, son necesarias algunas palabras sobre cómo se mide y clasifica la mano. El inventario de manos (Oldfield, 1971) utilizado en nuestros estudios pregunta sobre la preferencia de manos para diez actividades comunes, con puntuaciones que van desde -100 (perfectamente para zurdos) hasta +100 (perfectamente para diestros). La mediana de los valores absolutos de las puntuaciones en este inventario de manos se utiliza para definir el punto de corte entre la clasificación como inconsistente versus consistente con manos. La puntuación media en el inventario de manos suele ser de + 80. Según este criterio, basta con realizar una o dos de las actividades de forma coherente con la mano no dominante (y las ocho o nueve restantes con la mano dominante) para clasificarse como ICH (es decir, la falta de coherencia de la mano no es necesariamente lo mismo que la ambidiestra).
Si bien esta práctica de referirse a alguien que hace nueve cosas siempre con la mano derecha y solo una con la izquierda como «mano inconsistente» puede parecer contradictoria, argumentamos que el uso de una división mediana divide la muestra en dos grupos naturales no arbitrarios: una compuesta por personas que realizan prácticamente todas las acciones siempre con su mano derecha, y otra compuesta por personas que muestran algún grado de preferencia de mano inconsistente. Los individuos que usan constantemente su mano izquierda para la mayoría o todas las actividades son raros, ya que comprenden solo alrededor del 2% de la población (Lansky et al., 1988). Debido a las dificultades logísticas asociadas con la obtención de grandes muestras de HLC, la mayoría de los estudios revisados en este capítulo se centran principalmente en comparaciones entre HIC y HC. Vale la pena señalar que la dirección y el grado de destreza están relacionados, ya que alrededor del 60% de los diestros son manos consistentes, mientras que alrededor del 75% de los zurdos son manos inconsistentes (Christman, 2005). Por lo tanto, las comparaciones entre diestros y zurdos también pueden considerarse comparaciones «ruidosas» entre manejadores inconsistentes y consistentes.
Desde una perspectiva neurofisiológica, Propper, Christman y sus colegas han hipotetizado que una diferencia clave entre los grupos de manos involucra la interacción interhemisférica, con una mano consistente asociada con una disminución de la interacción entre los hemisferios cerebrales izquierdo y derecho en relación con una mano inconsistente. Esta hipótesis se basa en hallazgos tanto neuronales como conductuales.
En primer lugar, hay evidencia de que la destreza manual consistente está asociada con un cuerpo calloso más pequeño. Witelson y Goldsmith (1991) examinaron una muestra compuesta únicamente de diestros y encontraron que la correlación entre la fuerza de la diestra y el tamaño del cuerpo calloso era de -0,69, lo que significa que casi la mitad de la variación interindividual en el tamaño del callo estaba asociada con el grado de diestro. Hallazgos similares han sido reportados por Clarke y Zaidel (1994), Denenberg et al. (1991), y Habib et al. (1991). El menor tamaño de la callosa en la HCR apoya la disminución de la interacción interhemisférica en tales individuos.
En segundo lugar, desde una perspectiva conductual, hay evidencia creciente de que los procesos cognitivos conocidos por ser funcionalmente lateralizados a hemisferios opuestos muestran una disminución de la interacción en diestros consistentes. Los estudios han mostrado una menor interacción en la CRH entre los procesos motores del hemisferio izquierdo (LH) y del hemisferio derecho (RH) (Christman, 1993), lectura de palabras basada en LH y nomenclatura de colores basada en RH (Christman, 2001), procesamiento basado en LH de la forma local y procesamiento basado en RH de la forma global (Christman, 2001), codificación de memoria episódica basada en LH y recuperación episódica basada en RH (Christman et al., 2004, 2006; Propper y Christman, 2004; Propper et al., 2005), y procesos de mantenimiento de creencias basadas en LH y procesos de actualización de creencias basadas en RH (Christman et al., 2008, 2009; Jasper y Christman, 2005; Niebauer et al., 2004). Además, la evidencia indica que la HCR está asociada con una disminución del acceso (presumiblemente mediado por el cuerpo calloso) al procesamiento del riesgo basado en la HR (Christman et al., 2007) y la representación de la imagen corporal basada en la HR (Christman et al., 2006). Se supone que esta disminución de la interacción entre la HL y la HL y la disminución del acceso al procesamiento de la HL en la HCH refleja una disminución de la interacción interhemisférica en la HLC.
Para resumir, sugerimos que (1) el grado de preferencia de la mano es al menos tan importante como la dirección en estudios que incluyen la preferencia de la mano como variable y (2) la consistencia de la mano se asocia con un tamaño más pequeño del cuerpo calloso y una disminución de la interacción interhemisférica, en relación con la inconsistencia de la mano. Estas dos hipótesis tienen implicaciones para la interpretación de los efectos de la mano en las variables de sueño y para la comprensión de las «funciones» del sueño.