Iglesia de San Jorge, Lalibela
La Iglesia de San Jorge fue tallada hacia abajo a partir de un tipo de toba volcánica. Este es el único material arquitectónico que se utilizó en la estructura. Se ha fechado a finales del siglo XII o principios del XIII d. C., y se cree que fue construido durante el reinado del rey Gebre Mesqel Lalibela, de finales de la dinastía Zague. Es una de las iglesias más conocidas y la última construida de las once iglesias en el área de Lalibela, y ha sido conocida como la «Octava Maravilla del Mundo». Lalibela, rey de Etiopía, trató de recrear Jerusalén, y estructuró el paisaje y los sitios religiosos de las iglesias de tal manera que lograra tal hazaña. «Las iglesias de Lalibela están agrupadas en dos grupos principales, uno representando la Jerusalén terrenal, y el otro representando la Jerusalén celestial. Situado directamente entre ellos hay una zanja que representa el río Jordán». Las dimensiones de la zanja son de 25 metros por 25 metros por 30 metros, y hay una pequeña piscina bautismal fuera de la iglesia, que se encuentra en una zanja artificial.
Según la historia cultural etíope, Bete Giyorgis fue construido después de que el rey Gebre Mesqel Lalibela de la dinastía Zague tuvo una visión en la que se le instruyó para construir la iglesia; San Jorge y Dios han sido referidos como el que le dio las instrucciones.
Lalibela es un lugar de peregrinación para los miembros de la Iglesia Ortodoxa Etíope de Tewahedo; la iglesia en sí es parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO «Iglesias Excavadas en la Roca, Lalibela».
En la primera aproximación, el sitio parece totalmente inaccesible, con caídas transparentes en todos los lados y sin puente de acceso. Se accede a través de un cañón artificial muy estrecho, en espiral hacia abajo, que cambia a un túnel cerca de la iglesia, para ocultar aún más su presencia.
Los peregrinos que fallecen después de llegar al sitio son colocados en una tumba abierta simple en las paredes exteriores.
El interior ahuecado contiene un sencillo santuario a San. George y, detrás de una cortina (prohibida para ver aparte de los sacerdotes) se encuentra una réplica del Arca de la Alianza.