Integridad, la piedra angular del liderazgo

Cuando miras a los líderes que admiras, el rasgo singular que destaca es la integridad. Integridad, es la palabra latina integritatem, que significa «solidez» o «integridad».»Una persona con integridad, por lo tanto, es sólida y completa. No son «escamosos» o «de doble cara», lo que ves es lo que obtienes con ellos. La integridad es uno de los aspectos más respetables del comportamiento humano.

Warren Buffett dijo una vez: «En general, uno busca tres cosas en una persona: inteligencia, energía e integridad. Y si no tienen el último, ni se molesten con los dos primeros. Les digo: Todos aquí tienen la inteligencia y la energía; de lo contrario, no estarían aquí. Pero la integridad depende de ti. No naciste con ella y no puedes aprenderla en la escuela.»Cada palabra suena verdadera.

Cuando demuestras integridad, atraes a otros hacia ti porque eres confiable y confiable. Tiene principios y se puede contar con que se comportará honorablemente bajo cualquier circunstancia. En esencia, es cuando el mundo interior de tu verdad, creencias, ética, compromisos, valores y deseos, se alinea con tus acciones y comportamiento en el mundo exterior. La integridad es profunda, y yo diría que implica vivir desde el alma.

Los líderes que viven con integridad inspiran a los seguidores al traer a su trabajo a todo lo que son, y los efectos positivos se sienten en todos los que los rodean. No es sorprendente que la integridad del líder tenga un gran impacto en la cultura de una organización.

Como líder, ¿cómo demuestra los valores de integridad?

  1. Mantener tu compromiso
    Se trata de hacer lo que dices que harás. Cuando le dices a tus compañeros de trabajo que estarás allí para una reunión importante, apareces. Cuando prometes a un cliente ese informe en una semana, honras tu compromiso. Si no puedes hacerlo por cualquier razón, sé honesto y deja que la gente sepa la verdad. La gente cuenta contigo. Mantener las promesas ayuda a generar confianza, mostrar confiabilidad y profundizar las relaciones.
  2. Sé justo
    En el momento en que elijas doblar las reglas para acomodar a las personas, discriminar y’favorecer’; tendrá un corte de integridad. Mantener el mismo conjunto de estándares y expectativas para cada miembro del equipo. Establezca metas, roles, responsabilidades y expectativas claras por adelantado, para que no haya sorpresas. Un doble rasero es la forma más rápida de confiar en el deterioro. Sin confianza, no hay liderazgo.
  3. Comunicación abierta y directa
    Comunicarse, comunicarse y comunicarse con franqueza y honestidad. La falta de información da sustento a suposiciones que son, por lo general, negativas y pueden disminuir la motivación y la productividad del equipo. Demorarse o postergar el uso de excusas para proteger a las personas, puede fallar. La gente sabe cuando estás escondiendo cosas. Si hay alguna información que aún no puede compartir, dígales lo que pueda. Especialmente en situaciones que afectan a los medios de subsistencia de las personas, por ejemplo, fusiones, reorganizaciones o reducciones de plantilla. Y, siga la regla: «diga la verdad, señale la esperanza.»
  4. Reconoce tus errores
    Está bien reconocer tus errores. Todos tenemos nuestras limitaciones y la admisión no es un signo de debilidad, sino de fortaleza. La gente no espera perfección porque nadie lo sabe todo. Admitir un error te ayuda a ti y al equipo a aprender y crecer. Aísla el problema y le permite a usted, como líder, agrupar recursos que se complementan para que pueda comenzar a resolver el problema en cuestión. Esto hará que el equipo se sienta valorado y le hará lucir genuino y humano.
  5. Dar crédito donde se debe
    Acumular crédito, o esperar hasta que se complete un trabajo, a menudo resulta en una menor motivación y/o un mayor resentimiento. Como líder, tomar el crédito cada vez, incluso si es legítimo, puede aislar a tu equipo. Busque oportunidades para elogiar y agradecer públicamente a su equipo o individuos por su arduo trabajo. Las contribuciones vitales en el trabajo pueden hacerse invisibles cuando no se reconocen o el crédito se asigna erróneamente. Conviértase en un hábito apreciar a aquellos que han jugado un papel importante en la victoria de su equipo o proyecto.

¿Qué puede hacer usted, como líder, para asegurarse de que su brújula moral se mantenga hacia el norte?

Es fácil hablar de integridad,pero es mucho más difícil de seguir. La autoconciencia es una gran manera de mantener el eje de la integridad apuntando en la dirección correcta.

  • Críticos cercanos: Para evaluar cómo está operando en su mundo, cree un pequeño grupo de críticos cercanos. Personas que te conocen bien y que tienen en el corazón lo mejor para ti. Personas que están dispuestas a ser totalmente honestas contigo y confías en sus comentarios.
  • Escucha: Si puedes adoptar la escucha activa, descubrirás que las personas lo están haciendo, dándote continuamente pistas sobre cómo te perciben y cómo les estás impactando. Esto le permitirá ajustar y recalibrar su comportamiento, sin el filtro de creencias y juicios preconcebidos.

Todo comienza con el líder porque es el líder quien establece el tono de construir integridad en la cultura.

Nada crea cinismo entre un equipo más rápido que un líder que viola o permite que otros violen esa confianza. Cuando falta integridad en el liderazgo, las organizaciones se vuelven políticas y se mueven lentamente. Se pierde demasiado tiempo cuestionando a los demás, temiendo y protegiendo los propios intereses.

Con la integridad como piedra angular, un líder puede lograr victorias inimaginables, juntos.