La evolución del hospital desde la antigüedad hasta finales de la edad media

La evolución del hospital se remonta desde su aparición en la antigua Mesopotamia, hacia el final del 2º milenio a finales de la Edad Media. Se hace referencia a los centros de atención de la salud institucionalizados en la India ya en el siglo V a.C., y con la propagación del budismo al este, a los centros de enfermería, cuya naturaleza y función desconocemos, en Sri Lanka, China y el Sudeste Asiático. Se presta especial atención a la situación en la era grecorromana: uno esperaría encontrar el origen del hospital en el sentido moderno de la palabra en Grecia, el lugar de nacimiento de la medicina racional en el siglo IV a.C., pero los médicos hipocráticos pagaron visitas a domicilio, y los templos de Asclépio fueron visitados para dormir en incubación y recibir tratamiento mágico-religioso. En la época romana, los hospitales militares y de esclavos que existían desde el siglo I d. C., se construyeron para un grupo especializado y no para el público, y por lo tanto tampoco fueron precursores del hospital moderno. Es para los Cristianos que uno debe girar el origen del moderno hospital. Los hospicios, inicialmente construidos para albergar a peregrinos y mensajeros entre varios obispos, estaban bajo control cristiano y se convirtieron en hospitales en el sentido moderno de la palabra. En la misma Roma, el primer hospital fue construido en el siglo 4 dc por un rico penitente viuda, Fabiola. En la Alta Edad Media (siglo VI a X), bajo la influencia de la Orden Benedictina, una enfermería se convirtió en una parte establecida de cada monasterio. Durante la Baja Edad Media (más allá del siglo X), las enfermerías monásticas continuaron expandiéndose, pero también se abrieron hospitales públicos, financiados por las autoridades de la ciudad, la iglesia y fuentes privadas. Las instituciones especializadas, como las casas de leprosos, también se originaron en esta época. Durante la Edad de Oro del Islam, el mundo musulmán estaba claramente más avanzado que su contraparte cristiana, con magníficos hospitales en varios países.