Obstrucción del intestino grueso
RESUMEN DEL CASO
Un varón de 9 años se presentó en urgencias con dos días de emesis no sanguinolenta, no biliosa y un día de distensión abdominal. Su historial médico anterior fue significativo para el síndrome de Smith-Lemli-Opitz, vejiga neurogénica, infecciones recurrentes del tracto urinario, retraso grave del desarrollo, antecedentes de malrotación después del procedimiento de Ladd y dependencia de la sonda de gastrostomía. El examen físico se caracterizó por un abdomen moderadamente distendido.
RESULTADOS DE IMAGEN
Se obtuvieron radiografías en la presentación. La imagen supina (Figura 1) muestra asas intestinales dilatadas centrales con intestino delgado descomprimido y colon distal. La imagen también demuestra la presencia de gas intestinal intramural (neumatosis intestinalis). La imagen de decúbito (Figura 2) muestra los niveles de aire y líquido en el colon, lo que puede ser un hallazgo inespecífico. En vista de estos hallazgos, se realizó una tomografía computarizada del abdomen y la pelvis.
Las imágenes de TC axial, en una ventana de tejido blando, muestran un asa grande dilatada de intestino en el cuadrante superior izquierdo (Figura 3), así como neumatosis en la pared del colon (Figuras 3). La imagen de TC axial, en ventana pulmonar, muestra con mayor claridad los gases intestinales intramurales y el aire libre en el abdomen (Figura 4).
La imagen de TC axial, en ventana de tejido blando, muestra ascitis significativa, líquido extra-luminal y aire en el retroperitoneo (Figura 5). Una imagen de TC coronal, en una ventana de tejido blando, muestra que el estómago, el colon distal y el intestino delgado están descomprimidos. El intestino delgado está presente en el lado derecho del abdomen, lo que concuerda con los antecedentes de malrotación del paciente (Figura 6).
DIAGNÓSTICO
Obstrucción del intestino grueso.
El diagnóstico diferencial incluye isquemia intestinal, perforación intestinal, enterocolitis necrosante (dada la presencia de neumatosis), absceso intraabdominal, ieo adinámico u síndrome de Ogilvie.
DISCUSIÓN
La obstrucción del intestino grueso (OBI) es mucho menos común que la obstrucción del intestino delgado, pero se considera una emergencia abdominal. La etiología de la obstrucción intestinal varía según la edad. En los recién nacidos, las causas más comunes incluyen atresia intestinal, meceo de meconio, enfermedad de Hirschsprung y malrotación. En los niños mayores, las adherencias a menudo pueden causar obstrucción, y aproximadamente el 5% de los niños que se han sometido a cirugía abdominal desarrollan adherencias que resultan en obstrucción intestinal. Otras causas incluyen invaginación intestinal y enfermedad inflamatoria intestinal.1 En la población adulta, la neoplasia maligna sigue siendo la causa más común.2 Los síntomas que se presentan incluyen dolor abdominal, distensión, obstinación y peritonitis si se produce perforación.2
La radiografía abdominal suele ser el primer estudio de imagen obtenido en pacientes con sospecha de obstrucción intestinal y debe incluir películas en decúbito supino y decúbito. Se debe considerar la obstrucción del intestino grueso si el diámetro del colon es mayor de 6 cm y en presencia de niveles de aire-líquido, aunque estos hallazgos no son específicos para la obstrucción y se pueden observar con ieo paralítico y megacolon tóxico. Complicaciones de la OBI, como neumatosis intestinal, neumoperitoneo y gas venoso portal.2 Un estudio de TC de abdomen y pelvis con contraste IV es el estándar de oro para diagnosticar la obstrucción intestinal y es útil para identificar la causa y la ubicación de la obstrucción. La tomografía computarizada mostrará colon dilatado de paredes delgadas proximal al punto de transición y intestino comprimido distal a la obstrucción.2,3 También confirmará los hallazgos de gas intestinal intramural o aire intraabdominal libre como se ve en las radiografías simples.
El manejo de una obstrucción del intestino grueso varía según la etiología. El tratamiento inicial debe centrarse en la reanimación de líquidos, la corrección de anomalías electrolíticas y la descompresión nasogástrica para prevenir los vómitos y la aspiración.4 En presencia de peritonitis o neumoperitoneo, es necesaria una intervención quirúrgica urgente. Si se justifica la resección intestinal en un niño, los cirujanos a menudo intentarán anastomosis primaria del intestino en lugar de colostomía, mientras que en la población adulta, la colostomía se realiza con más frecuencia.4
CONCLUSIÓN
Aunque es mucho menos común que la obstrucción del intestino delgado, la obstrucción del intestino grueso puede ocurrir en la población pediátrica y es una emergencia abdominal. La historia clínica incluye vómitos, distensión abdominal y estreñimiento. Las radiografías abdominales pueden levantar sospechas de obstrucción al demostrar colon dilatado y la presencia de gas intestinal intramural o neumoperitoneo. Un estudio de TC del abdomen y la pelvis es el estándar de oro para diagnosticar la obstrucción del intestino grueso y puede ser útil para delinear la etiología y la ubicación de la obstrucción.
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