Plaza de la Revolución
La idea de la construcción de esta plaza, surgido en la década de 1940, cuando un internacional el concurso fue organizado para erigir un monumento en honor a José Martí, Héroe Nacional de Cuba. En 1943, el proyecto fue finalmente aprobado. Pasaron varios años y en 1952, justo antes de los 100 años del nacimiento de José Martí, una comisión gubernamental rechazó el proyecto ganador y eligió el diseño que obtuvo el tercer lugar, alegando que una estructura vertical sería más apropiada. Esta decisión fue controvertida, principalmente porque uno de los autores de dicho diseño no fue otro que el Ministro de Obras Públicas. Debido a la falta de fondos, se hizo una colecta pública para recaudar el dinero necesario y finalmente se construyó el monumento.
Las obras de construcción de la plaza se ejecutaron sin llevar a cabo el estudio urbano adecuado y, además, no se emitieron regulaciones sobre los edificios circundantes. Sin embargo, el valor histórico de la Plaza de la Revolución (hasta 1959, llamada Plaza Cívica) ha aumentado exponencialmente desde que fue construida, siendo sede de muchas de las principales celebraciones y eventos relacionados con la Revolución Cubana. Es una visita obligada a la hora de hacer turismo por la ciudad debido a su importancia política. Aquí es donde se celebra el Día del Trabajo en La Ciudad de La Habana cada 1 de mayo y donde el Papa Juan Pablo II celebró una misa durante su visita a Cuba en 1998.