¿Cuál es la conexión entre el autismo y la depresión?
«¿Tienes preguntas?»la respuesta proviene de Christopher McDougle, MD, director del Centro Lurie para el Autismo del Hospital General de Massachusetts, miembro de la Red de Tratamiento de Autismo Autismo Speaks.
Esta es una pregunta importante. Los trastornos del estado de ánimo, incluida la depresión, parecen ser más comunes en las personas con discapacidades del desarrollo que en la población general.
Sin embargo, el diagnóstico de depresión en personas con autismo representa un desafío que se remonta a la descripción original de Leo Kanner de «autismo infantil», en 1943.
Kanner describió una alteración del» contacto afectivo » en personas con autismo. Los médicos usan el término «afecto» para describir cómo el estado emocional de una persona les parece a los demás. En otras palabras, ¿la persona se ve deprimida o ansiosa? Esto puede ser diferente de «estado de ánimo.»El estado de ánimo se refiere a cómo se siente realmente alguien por dentro.
El afecto y el estado de ánimo no siempre están alineados. Por ejemplo, la expresión de alguien puede parecer plana y registrar poca reacción. Sin embargo, esa persona puede decir que se siente bien. Los médicos se refieren a esto como una » incongruencia de afecto y estado de ánimo.»
Abordar un diagnóstico desafiante
Muchas personas con trastornos del espectro autista (TEA) muestran poca emoción facial. ¡Esto no significa necesariamente que estén deprimidos! En otras palabras, su afecto no coincide necesariamente con cómo se sienten.
Sin embargo, hace que sea más difícil reconocer la depresión en alguien con autismo. Además, muchas personas con TEA tienen un habla limitada o nula. Por lo tanto, es posible que no puedan decirnos cómo se sienten.
Como puede imaginar, esto hace que sea difícil diagnosticar con precisión la depresión en personas con TEA. Podemos preguntar sobre otros síntomas que a veces indican depresión. Estos incluyen cambios en el apetito o el sueño, ya sea aumentado o disminuido. Puede haber una caída reveladora de energía o pérdida de la capacidad de disfrutar de actividades que habían sido agradables. Esto puede venir acompañado de una disminución general de los intereses y la motivación.
Podemos medir los cambios en el peso y las horas de sueño. Sin embargo, es difícil diagnosticar con confianza la depresión en aquellos que no pueden transmitir cómo se sienten en palabras o apariencia.
Otro desafío para diagnosticar la depresión en una persona con autismo es la superposición de síntomas. Los síntomas de la depresión incluyen un efecto plano o deprimido (expresión facial), disminución del apetito, alteración del sueño, baja energía, disminución de la motivación, retraimiento social y disminución del deseo de comunicarse con los demás. Claramente, muchos de estos mismos síntomas pueden provenir del autismo en lugar de la depresión.
Autismo, Depresión y Tendencias Suicidas
Al hablar sobre el diagnóstico y el tratamiento de la depresión, es importante abordar la posibilidad de tendencias suicidas. En la escuela de medicina, los psiquiatras aprenden a evaluar el riesgo de suicidio en cada paciente que evaluamos para la depresión. Esto también se aplica a la evaluación de personas con TEA.
En un estudio reciente publicado en la revista Research in Autism Spectrum Disorders, Angela Gorman y sus colegas identificaron una serie de factores de riesgo asociados con el pensamiento sobre el suicidio y los intentos de suicidio en niños con TEA. (El estudio fue apoyado, en parte, por una subvención de Autism Speaks.)
A través de entrevistas con los padres, los investigadores preguntaron sobre 791 niños con autismo, 186 niños de desarrollo típico y 35 niños no autistas con diagnóstico de depresión.
El porcentaje de niños calificados por sus padres como «a veces» a «muy a menudo» contemplando o intentando suicidarse fue 28 veces mayor para aquellos con autismo que para aquellos con desarrollo típico. Fue 3 veces menos entre las personas con autismo que entre los niños no autistas que tenían depresión. La depresión también fue el predictor individual más fuerte de pensamientos o intentos suicidas entre los niños con autismo. Afortunadamente, las tendencias suicidas eran poco frecuentes entre los niños menores de 10 años. (Nota del Editor: Lee «Ocho Medidas Críticas para Contrarrestar el Suicidio», una entrada de blog de Sallie Bernard, miembro de la Junta de Autism Speaks.)
Estos hallazgos subrayan la importancia de que los médicos evalúen el potencial de suicidio al evaluar a adolescentes o adultos con TEA. Sí, tenemos el reto de hacer un diagnóstico preciso de los riesgos de depresión y suicidio en personas con TEA. Necesitamos utilizar toda la información disponible para este propósito. Esto debe incluir la interacción directa y la observación de nuestros pacientes. Necesitamos hablar con miembros de la familia, maestros, entrenadores laborales, personal de hogares grupales, etc.
La Necesidad Urgente de Más Investigación y Orientación Clínica
Necesitamos urgentemente más investigación para desarrollar mejores herramientas y técnicas para diagnosticar trastornos del estado de ánimo y ansiedad en personas con TEA. Esto es particularmente importante para aquellos que tienen dificultades significativas de comunicación. El uso de dispositivos de comunicación aumentativos y alternativos puede ayudar.
Además, necesitamos de manera crítica una investigación que avance en el desarrollo de medicamentos eficaces y tratamientos conductuales para la depresión con TEA. Hasta la fecha, no tenemos un solo ensayo clínico sistemático publicado de un medicamento antidepresivo para el tratamiento de la depresión en personas con autismo. Es muy probable que el desafío de diagnosticar con precisión la depresión en personas con TEA haya contribuido a esta falta de progreso. Debemos redoblar nuestros esfuerzos en esta esfera crítica de la atención.