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Una mujer de 61 años de edad se presentó en el departamento de accidentes y emergencias con molestias y dolor glúteos crecientes. No había antecedentes médicos notables. Había visitado el Algarve para unas vacaciones de dos semanas, volviendo al Reino Unido 10 días antes. En el examen, se observaron siete lesiones cutáneas similares a forúnculos, asociadas con celulitis que se extendía por una nalga (fig.11).). Estaba constitucionalmente bien, los parámetros apirexiales y hematológicos estaban dentro del rango normal. Se obtuvieron un total de ocho gusanos (fig 22) mediante incisión quirúrgica de siete lesiones.
Figura 1 Lesiones tipo forúnculo típicas de miasis cutánea que afectan a las nalgas.
Figura 2 Larva del tercer estadio del gusano tumbu.
Con la ayuda de la monografía de Zumpt, 1 las larvas fueron identificadas como larvas de la mosca tumbu, Cordylobia anthropophaga (fig. 33).). Nuestro caso es típico de miasis cutánea causada por esta especie, que es bien conocida y ampliamente distribuida en el África subsahariana, aunque hay algunas áreas de las que está ausente. Muchos casos se originan en África occidental y central, donde las moscas y gusanos son más abundantes en la estación húmeda. Más allá de África, la especie está establecida también en el sur de Arabia,2 un área que es zoogeográficamente parte de la región Afro‐tropical. Los otros ocho casos remitidos al servicio de identificación de artrópodos de Brighton desde 2000 se adquirieron en África occidental (siete en Gambia). Una revisión reciente de miasis cutánea en España enumera solo los casos causados por Cordilobia anthropophaga adquirida en África o Dermatobia hominis adquirida en América Latina.3 Una búsqueda en la literatura reveló solo un caso de infección adquirida en España en la península ibérica.4 Un caso notificado en los Países Bajos se atribuyó a la exposición a prendas de vestir importadas.Se han reportado 5 gusanos Tumbu de muchas especies animales, incluidos roedores y perros.
Figura 3 Espiráculos posteriores diagnóstico de Cordilobia anthropophaga.
Las moscas ponen sus huevos a la sombra sobre arena seca o ropa y las larvas penetran en la piel y alcanzan la madurez en unos ocho días. Cualquier área de la piel puede verse afectada, especialmente la región glútea y la espalda. La eliminación de las larvas es normalmente el único tratamiento requerido a menos que se desarrolle una infección bacteriana secundaria. Las lesiones tempranas pueden parecerse a las picaduras de insectos, pero a medida que las larvas crecen, se hacen visibles a través de una abertura de la que exuda líquido seroso. Puede haber edema asociado, infección secundaria, inflamación y linfadenopatía. Con cuidado, las larvas se pueden extraer después de la aplicación de vaselina, y es posible que no se necesite una incisión quirúrgica. Los casos de miasis cutánea de América Latina causada por Dermatobia hominis se presentan con lesiones similares a forúnculos, pero los gusanos parecen ser más resistentes a la extracción por compresión. Se puede requerir una incisión quirúrgica para evitar la ruptura de las larvas y la consiguiente reacción granulomatosa.
La paciente no lavó ninguna de las prendas que se llevó consigo del Reino Unido y no obtuvo ropa nueva durante las vacaciones. Pasó tiempo al aire libre recostada en una cama solar y es interesante que informara que se cuidaba de permanecer a la sombra de una sombrilla. Las moscas ovipositan solo en la sombra, ya que las primeras etapas mueren por la exposición a la luz solar directa.1 El consejo habitual para los viajeros es planchar la ropa, ya que esto destruirá los huevos.6
Este es, al parecer, el primer caso conocido de adquisición en Portugal. Llama la atención sobre la posibilidad de que este agente de la miasis cutánea se establezca ahora fuera de la región afro‐tropical. Los médicos no deben descartar la posibilidad de miasis tumbu en viajeros que regresan del sur de Europa.