Descripción gruesa

Siguiendo el trabajo de Ryle, el antropólogo estadounidense Clifford Geertz re-popularizó el concepto. Conocido por su trabajo antropológico simbólico e interpretativo, los métodos de Geertz respondían a su crítica de los métodos antropológicos existentes que buscaban verdades y teorías universales. Estaba en contra de las teorías integrales del comportamiento humano; más bien, abogó por metodologías que resaltan la cultura desde la perspectiva de cómo las personas veían y experimentaban la vida. Su artículo de 1973, «Descripción espesa: Hacia una Teoría Interpretativa de la Cultura», sintetiza su enfoque.

La descripción gruesa enfatizaba un enfoque más analítico, mientras que anteriormente la observación por sí sola era el enfoque principal. Para Geertz, el análisis separaba la observación de las metodologías interpretativas. Un análisis tiene por objeto identificar las estructuras críticas y los códigos establecidos. Este análisis comienza con la distinción de todos los individuos presentes y llega a una síntesis integradora que da cuenta de las acciones producidas. La capacidad de descripciones gruesas para mostrar la totalidad de una situación para ayudar en la comprensión general de los hallazgos se denominó mezcla de descriptores. Como indica Lincoln & Guba (1985), los hallazgos no son el resultado de una descripción espesa; más bien son el resultado del análisis de los materiales, conceptos o personas que están «densamente descritos».»

Geertz (1973) cuestiona el estado de las prácticas antropológicas en la comprensión de la cultura. Al destacar la naturaleza reductiva de la etnografía, para reducir la cultura a «observaciones serviles», Geertz esperaba reintroducir ideas de cultura como semióticas. Con esto pretendía añadir signos y un significado más profundo a la colección de observaciones. Estas ideas desafiarían los conceptos de Edward Burnett Tylor de la cultura como un» todo más complejo » que es capaz de ser entendido; en cambio, la cultura, para Geertz, nunca podría ser entendida u observada completamente. Debido a esto, las observaciones etnográficas deben basarse en el contexto de la población que se está estudiando al comprender cómo los participantes llegan a reconocer las acciones en relación entre sí y con la estructura general de la sociedad en un lugar y un tiempo específicos. Hoy en día, varias disciplinas han implementado una descripción gruesa en su trabajo.

Geertz empuja para buscar una «red de significado». Estas ideas eran incompatibles con las definiciones de etnografía de los libros de texto de la época que describían la etnografía como observaciones sistemáticas de diferentes poblaciones bajo el disfraz de categorización Racial y categorización del «otro».»Para Geertz, la cultura debe ser tratada como simbólica, permitiendo que las observaciones se conecten con mayores significados.

Este enfoque trae consigo sus propias dificultades. El estudio de las comunidades a través de interpretaciones antropológicas a gran escala traerá discrepancias en la comprensión. Como las culturas son dinámicas y cambiantes, Geertz también enfatiza la importancia de hablar con los temas de investigación etnográfica en lugar de hablar por ellos y reconoce que el análisis cultural nunca está completo. Este método es esencial para abordar el contexto real de una cultura. Como tal, Geertz señala que las obras interpretativas proporcionan a los etnógrafos la capacidad de tener conversaciones con las personas que estudian.