Epilepsia mioclónica progresiva Lafora

La epilepsia mioclónica progresiva Lafora puede ser causada por mutaciones en el gen EPM2A o en el gen NHLRC1. Estos genes proporcionan instrucciones para producir proteínas llamadas laforina y malina, respectivamente. Laforina y malina juegan un papel crítico en la supervivencia de las células nerviosas (neuronas) en el cerebro.

Los estudios sugieren que laforina y malina trabajan juntas y pueden tener varias funciones. Uno de ellos es ayudar a regular la producción de un azúcar complejo llamado glucógeno, que es una fuente importante de energía almacenada en el cuerpo. El cuerpo almacena este azúcar en el hígado y en los músculos, descomponiéndolo cuando se necesita como combustible. La laforina y la malina pueden prevenir una acumulación potencialmente dañina de glucógeno en tejidos que normalmente no almacenan esta molécula, como los del sistema nervioso.

Los investigadores han descubierto que las personas con epilepsia mioclónica progresiva de Lafora tienen grupos distintivos llamados cuerpos de Lafora dentro de sus células. Los cuerpos de Lafora están compuestos de una forma anormal de glucógeno que no se puede descomponer y usar como combustible. En cambio, se acumula para formar grupos que pueden dañar las células. Las neuronas parecen ser particularmente vulnerables a este tipo de daño. Aunque los cuerpos de Lafora se encuentran en muchos de los tejidos del cuerpo, los signos y síntomas de la epilepsia mioclónica progresiva de Lafora se limitan al sistema nervioso.

Las mutaciones en el gen EPM2A impiden que las células produzcan laforina funcional, mientras que las mutaciones en el gen NHLRC1 impiden la producción de malina funcional. No está claro cómo una pérdida de cualquiera de estas proteínas conduce a la formación de cuerpos Lafora. Sin embargo, una pérdida de laforina o malina en última instancia resulta en la muerte de las neuronas, lo que interfiere con las funciones normales del cerebro. La afección tiende a progresar más lentamente en algunas personas con mutaciones en el gen NHLRC1 que en aquellas con mutaciones en el gen EPM2A.

Las mutaciones en los genes EPM2A y NHLRC1 representan del 80 al 90 por ciento de todos los casos de epilepsia mioclónica progresiva Lafora. En los casos restantes, se desconoce la causa de la afección. Los investigadores están buscando otros cambios genéticos que pueden ser la base de esta enfermedad.