Área Marina Protegida

Desde los Cayos de Florida hasta la Gran Barrera de Coral de Australia, los bolsillos de océanos, bahías y estuarios de todo el mundo están designados como áreas marinas protegidas (AMP). Solo en los Estados Unidos, hay alrededor de 1,700 AMP, casi el 41 por ciento de las aguas marinas del país.

Los gobiernos establecen zonas marinas protegidas para ayudar a proteger los ecosistemas marinos amenazados por la actividad humana, como la pesca excesiva o la perforación de petróleo. También se puede establecer una AMP para proteger sitios arqueológicos submarinos, naufragios y otros lugares de importancia histórica. Por ejemplo, el Santuario Marino de Thunder Bay fue creado en 2000 para proteger los naufragios en los Grandes Lagos.

Una AMP puede definirse mediante una serie de normas. Las zonas marinas protegidas restrictivas podrían prohibir cualquier actividad humana en la zona. Otros podrían simplemente establecer límites sobre cuántos peces se pueden capturar o qué tipo de buceo o navegación se pueden llevar a cabo. Las formas en que se gestionan las AMP varían bastante dependiendo de las características únicas de esa área.

Establecer un área marina protegida puede ayudar tanto a los ecosistemas marinos como a las comunidades locales. Por ejemplo, proteger los bosques de manglares y los arrecifes de coral a lo largo de una costa puede proporcionar hábitats saludables para la vida marina, y también fortalecer la costa contra la erosión. Los científicos que estudiaron el impacto de un tsunami en el Océano Índico en 2004 descubrieron que las florecientes franjas de manglares y otros ecosistemas costeros redujeron el daño del maremoto a las comunidades humanas costeras. Las zonas marinas protegidas también pueden ayudar a las economías locales promoviendo el turismo y las prácticas de pesca responsables. Las AMPS también proporcionan a los científicos laboratorios vivos en los que pueden estudiar los ecosistemas marinos y otras características del mar.

Al observar las áreas marinas protegidas, los investigadores pueden aprender a manejar mejor otras regiones amenazadas que no están protegidas. Designar un área como AMP también es una forma de preservar y promover la biodiversidad, lo que hace que los ecosistemas sean más saludables.

Los gobiernos confían en la investigación oceanográfica para saber qué áreas marinas merecen protección. El explorador de National Geographic Pelayo Salinas de León investigó los ecosistemas marinos alrededor de la Isla Darwin y la Isla Lobo de Galápagos. Gran parte de su investigación se ha centrado en el papel de las áreas marinas protegidas. Funcionarios del gobierno en Ecuador utilizaron su investigación para decidir designar unos 40,000 kilómetros cuadrados (15,444 millas cuadradas) cerca de las islas como un santuario marino sin captura. Eso significa que no hay pesca comercial o recreativa o recolección de vida silvestre de la zona.

A pesar de los beneficios de las zonas marinas protegidas, su capacidad para proteger los ecosistemas marinos y otros recursos marinos es limitada. Solo alrededor del uno por ciento de los océanos del mundo están protegidos. En muchos casos, las zonas marinas protegidas no se gestionan de manera eficaz. Las zonas también están bajo la presión de los intereses de la pesca comercial y de otros que desean utilizar las aguas de manera que violen las normas de las AMP. La sensibilización sobre los beneficios a largo plazo de la protección marina puede ayudar a aliviar las tensiones y mejorar la gestión de las AMP en el futuro.